La reducción de pecho es una de las operaciones de cirugía estética más demandadas en la sociedad actual. En los casos más graves, como pueden ser la hipertrofia mamaria o la gigantomastia, los gastos de la operación pueden ser cubiertos en su totalidad por la Seguridad Social, pero para ello se deben dar una serie de supuestos:
- Lo primero, la paciente debe de experimentar graves y constantes dolores de espalda, de cuello, tensión en los hombros u otras patologías relacionadas con el sobrepeso mamario.
- Además, será necesario que los pezones alcancen los 30 o 35 centímetros y la talla de sujetador sea aproximadamente una 105/110, lo que correspondería con un caso claro de gigantomastia.
- Hay ocasiones en las que el tamaño no provoca dolor, y los pezones no alcanzan estas dimensiones, pero el tardío desarrollo de las mamas, la mala formación y caída de los pechos puede provocar problemas psicológicos relacionados con la estética corporal. En los casos más graves en los que esta patología pueda derivar en problemas psicológicos graves, la reducción mamaria también podrá ser cubierta por la Seguridad Social.
Una vez llegados a este punto, y siendo conscientes de que vamos a atravesar este proceso, es importante conocer todo sobre el postoperatorio de una reducción de pecho, por eso desde el Portal de Mamma Surgery te traemos una serie de factores que has de tener en cuenta en un postoperatorio.
Horas posteriores a la operación; cansancio, sangrado y drenajes
La cirugía de reducción de pecho es una operación larga, que suele durar entre 3 y 5 horas, según el tamaño del pecho. Por lo tanto, lo más común es, tras la cirugía, permanecer al menos una noche bajo ingreso hospitalario, para comprobar así la tolerancia a la ingesta de líquidos y sólidos.
La reducción mamaria puede provocar un sangrado bastante pronunciado en quirófano, por lo que es habitual sentir agotamiento, cansancio, y experimentar subidas de fiebre, todo provocado por el esfuerzo al que se somete el cuerpo en la operación. Para evitar dolores y otras molestias el médico recetará analgésicos y antibióticos.
Otra de las preguntas más comunes en cuanto a la reducción mamaria es el tema de los drenajes. Sí, después de la intervención lo más común es llevar drenajes para retirar sangres, fluidos, seromas, etc. Como el ingreso hospitalario solo será de unas horas, en la vuelta a casa nos acompañarán también los drenajes, que habrá que desinfectar diariamente y limpiar para evitar cualquier infección. Habrá dos por cada pecho. El primero se extrae pasados los primeros tres días, mientras que con el otro se esperará a pasar la primera semana para extraerlo.
Sujetadores postquirúrgicos, actividad física y la vuelta a la rutina
Si te has informado un poco sobre todo este proceso ya habrás escuchado la necesidad de los sujetadores deportivos en un postoperatorio de reducción mamaria. Este tipo de prendas se recomiendan para sostener las mamas y evitar dolores. Estos deberán ser amplios, fuertes y sin aros. La talla adecuada la indicará el médico. Además, será necesario utilizarlo tanto durante el día como por la noche, también para sostener las gasas y las curas.
En cuanto al ejercicio físico, todo depende del tipo de ejercicio del que hablemos. No se podrá realizar ninguna actividad física al menos hasta pasar las primeras cuatro o seis semanas, eso lo valorará el médico en las revisiones. Pero, aunque la actividad física quede limita, se podrá volver a la rutina laboral pasadas dos semanas, si la recuperación es óptima y si en el trabajo se puede evitar cualquier movimiento que implique levantar los brazos o esfuerzos físicos. Para esto habrá que esperar por lo menos un mes.
Debes tener en cuenta que la zona pectoral que une los brazos con el pecho puede provocar mucho dolor si lo forzamos antes de tiempo. Para la vuelta a la actividad deportiva plena habrá que esperar dos meses y será necesario probar el cuerpo poco a poco atendiendo a como reacciona en cada momento.
Cicatrices, complicaciones y revisiones
Las cicatrices en este tipo de operaciones son inevitables y aunque los profesionales siempre traten de dejar una marca lo más fina e imperceptible posible es algo que nos quedará como prueba de la cirugía y a lo que será necesario atender para su correcta recuperación.
Lo primero y como con todas las marcas de este tipo debes tener mucho cuidado con el sol. También es interesante utilizar antisépticos e hidratarlas muy bien. Por lo general estas cicatrices tiene una buena evolución, y reducen su visibilidad con el paso de los años, pero puedes probar a aplicar cremas o aceitas, como la rosa mosqueta, para obtener mejores resultados.
Será necesario acudir a una serie de revisiones para comprobar el estado de las mamas y la evolución del postoperatorio. En total hablamos de unas cuatro revisiones: La primera una semana después de la cirugía. La segunda dos semanas después. La tercera a los tres meses de la operación y finalmente una cuarta revisión que será pasados seis meses, en la que se comprueba como han reaccionado los pechos a la cirugía y se ratifica que todo siga en orden y la paciente haya cumplido con las prescripciones médicas indicadas hasta la fecha.
En cuanto a las complicaciones, se pueden dar como con todas las cirugías u operaciones. Debes tener especial cuidado para evitar que se abran las cicatrices, lo que puede retrasar mucho el proceso de recuperación. Otra de las complicaciones más temida es el sufrimiento del complejo areola-pezón, relacionado con la apariencia final de los pechos.
Si quieres saber un poco más sobre reducción de pecho o cualquier cirugía similar no dudes en contactar con nosotros. Desde nuestro Portal de Mamma Surgery queremos ayudarte en lo que podamos.